¿Por qué en los aviones todavía hay ceniceros?
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Desde hace casi 20 años, a partir de la regulación del año 2000 de la FAA, está prohibido fumar dentro de los aviones en prácticamente todo el mundo. Sin embargo, si eres un viajero curioso te darás cuenta que hasta el día de hoy todavía es posible encontrar ceniceros en el área de los baños.
¿Por qué sucede esto?
Algunos dirán que esto se debe a que los aviones fueron construidos antes de la prohibición, pero, incluso los modelos de aeronaves más nuevos siguen incluyendo los ceniceros extraíbles al lado del lavabo.
¿Cuál es el asunto? La explicación es tan interesante como lo parece.
Siguen siendo un asunto de seguridad
Aunque la prohibición total al fumar dentro de los aviones se dio a inicios del nuevo milenio, en realidad desde finales de los años 80s en Estados Unidos y en algunos países de Europa ya estaba totalmente prohibido hacerlo.
Si bien, estas regulaciones llevan tres décadas, hasta el día de hoy los ceniceros son un elemento de seguridad importante y, por lo tanto, los fabricantes siguen incluyéndolos.
Como lo explica la tripulante de cabina Carla Morris:
“Independientemente de que esté prohibido y castigado, todavía hay pasajeros que fuman dentro de los baños. Si lo hacen, es mejor que tiren las cenizas y las colillas en el cenicero que en la papeleta de la basura ya que puede causar un incendio”
Para evitar cualquier incendio provocado por los fumadores, la FAA exigen a los fabricantes de los aviones incluir al menos un cenicero al lado del área del lavabo de cada baño.
Esta regulación es tan seria, que hasta existe casos de retrasos de los vuelos por la rotura de este artilugio:
En el año 2009, un vuelo de la aerolínea británica British Arways que se dirigía a la Ciudad de México se retrasó cerca de dos horas porque le faltaba el “vital” cenicero a uno de los baños. Por exigencias de la regulación europea, el personal de la aerolínea tuvo que buscar de urgencia uno de otro avión, por lo que al final eso causó pérdidas monetarias y de tiempo a la compañía.
Antecedentes
La preocupación de las autoridades por llevar ceniceros está bien sustentada.
Uno de los casos más emblemáticos fue el Vuelo 820 de Varig que cubría la ruta Rio de Janeiro – Paris en 1973.
Aquel Boeing 707 que estaba a unos cuantos minutos de aterrizar en el Aeropuerto de París-Orly, tuvo que hacer una maniobra de emergencia luego de una densa nube de humo invadiera la cabina. Al momento de hacer la aproximación, el fuego se extendió rápidamente lo que causó que el avión terminará estrellándose en un campo a las afueras de Orly.
El saldo fue 123 muertos y 11 heridos. Según el reporte de la FAA, el fuego lo originó un cigarrillo en el bote de los papeles del baño.
Los que fuman dentro de los aviones no los usan
Irónicamente como era de esperar, estos ceniceros muchas veces terminan convirtiéndose en simples y caros adornos. Ya que hay detectores y censores de humo por todas partes, aparentemente los que se atreven a fumar en los baños los evitan.
Así lo comenta Heather Poole, sobrecargo para una importante aerolínea estadounidense.
“No es tan habitual tener problemas (de fumar dentro del avión) y probablemente esto se deba a que los fumadores son muy hábiles y saben ocultar sus rastros […] Recuerdo alguna vez que un pasajero me avisó que olía a humo el baño, me acerque y en efecto, sí se percibía el olor del cigarrillo. Ni en el cenicero y ni en el bote de los papeles encontré rastros de cenizas o colillas, y además por lo mismo de que el vuelo estaba totalmente lleno, no encontramos al culpable. Sí, el fumador se salió con las suyas”
vía Telegraph.com