15 consejos efectivos para perder el miedo a volar
Guía completa de consejos para ayudarte a viajar barato y dentro de tu presupuesto
¿Quién nunca ha visto a una que otra persona actuando de forma extrañas (véase de forma nerviosa o ansiosa) antes de subir al avión? Si es así no te preocupes, no es un terrorista o un maleante que quiere estrellar la aeronave, en realidad lo más probable es que sea un pasajero que tiene miedo a volar.
De las cosas que menos entiendo en todo el tiempo que llevo siendo viajero frecuente es el miedo irracional a subirse a un avión. Es irónico ya que el avión es el medio civil más seguro que existe para viajar, incluso, sin sonar fatalista, hay más probabilidades que mueras en el taxi rumbo al aeropuerto que en la misma aeronave.
A consecuencia de una campaña mediática muy dura contra el transporte aéreo en forma de titulares fatalistas en los periódicos o decenas de películas de Hollywood que tocan el tema, volar se ha convertido en una de las fobias más comunes entre las personas. Se habla que 1 de cada 5 pasajeros sufren ansiedad antes de volar, y 1 de cada 8 muestra miedo explícito al subirse a un avión.
Si eres de las personas que tienen este miedo, no te preocupes, probablemente después de leer este artículo el miedo a volar se quedará en el pasado.
¿Por qué el avión es un medio de transporte muy seguro?
Según datos de la OMS, mueren al año en accidentes aéreos civiles entre 1,000 a 1,300 personas, mientras tanto mueren más de 1.4 millones de personas en accidentes de carretera. Es decir, si se ven las estadísticas de forma fría, nos podemos dar cuenta de que las mismas personas que mueren en accidentes de tránsito a nivel global en solo 8 días son iguales a la cantidad de fatalidades de los más de 100 años de historia de la aviación (incluyendo a los pilotos muertos en la Primera y Segunda Guerra Mundial).
Puede que alguno diga: “¿Hay muchos más automóviles que aviones?”. Es cierto, no es comparable la cantidad de aeroplanos que de coches, sin embargo hay que tener en cuenta que cada vez hay más aviones surcando los aires y las estadísticas al contrario de lo que dicta la lógica de que deberían de subir, en realidad se mantienen iguales o hasta llegan a disminuir. Por ejemplo, el 2012 fue el año con menos accidentes aéreos en más de 6 décadas con solo 56 accidentes fatales y el 2014 se convirtió en el año con menos muertes desde 1960. (Datos de Aviation Safety Network).
Solo analizando estas estadísticas te das cuenta de que volar en avión es el medio de transporte masivo más seguro del mundo. Inclusive, como dato curioso, la probabilidad que mueras en un accidente aéreo es igual a la de morir en las escaleras eléctricas de cualquier centro comercial (es decir 1 en 12.4 millones).
15 secretos para quitarte el miedo a volar
Ya que revisamos las razones por las cuales el volar no es tan peligroso, es hora de darte algunos consejos para que ese miedo desaparezca completamente de ti y disfrutes de tu viaje lo máximo posible.
1- Evita ver películas o documentales sobre accidentes aéreos: Sé que este consejo es bastante obvio para alguno de los que esté leyendo este artículo, pero no está de más mencionarlo.
La mayoría de las personas que tienen temor a volar es gracias a noticias catastróficas, películas o cualquier otro tipo de contenido relacionado con accidentes aéreos. Olvida la paranoia y recuerda que estás a punto de subirte al medio de transporte masivo más seguro que existe (citando el punto anterior).
2- Entra al avión con una actitud positiva. Sin sonar a libro de autoayuda, hay que tener siempre presente que la actitud rige el 90% de nuestro comportamiento.
No es fácil cambiar lo que sentimos, sin embargo hay pequeños trucos como ver una película divertida, leer un libro de chistes o recordar alguna historia graciosa que te haya ocurrido, que pueden cambiar totalmente tu actitud de forma inmediata. Si aun así sientes algún grado de tensión, es recomendable sonreír, no importa que sea una sonrisa forzada; después de un tiempo se te va a olvidar por lo que sonreías y te sentirás extrañamente feliz.
3- Ve despegar y aterrizar los aviones. No hay tan impresionante en esta vida que ver una máquina de cientos de toneladas de peso volando por el cielo como si fuera un pájaro.
La razón principal por la que los expertos recomiendan ver aterrizar y despegar aviones es para darse una idea de lo que les espera en el vuelo (calmar la ansiedad previa), pero también esa perplejidad puede ayudarte a apreciar un poco más la aviación.
Quien sabe, tal vez hasta te conviertas en un/a fanático/a de los aviones sin que te des cuenta.
4- Llega a tiempo al aeropuerto; no mucho antes ni tampoco tan tarde: El llegar en el momento adecuado al aeropuerto funciona bien para que tu mente no tenga nada más que pensar que en subirte al avión. El llegar muy temprano puede ocasionar que tengas más pensamientos negativos y el llegar tarde, aparte de crear el temor propio del vuelo, agrégale la incertidumbre de que puedes perder el avión.
Lo mejor es llegar 2 horas antes a los vuelos nacionales y 3 si es internacional.
5- Habla con la tripulación: Muchos expertos aseguran que el simple acto de hablar unos cuantos minutos con el comandante o los tripulantes de cabina hará que el miedo se te vaya. ¿Tendrán razón?
Según comenta la psicóloga clínica Reid Wilson: “El saber que tu vida está a manos de un grupo de profesionales con muchos años de experiencia, tranquilizará tu conciencia[…] Probablemente te comenten que es totalmente natural sentir miedo y en el caso que necesites ayuda, ellos te podrán ayudar. ”
Al saber que no estás solo/a y que hay una decena de personas dispuestas a socorrerte para cualquier eventualidad, esto te puede llegar a calmar más de lo que te puedes imaginar. Inténtalo.
6- Aprende a controlar la respiración: La ansiedad es una reacción fisiológica hacia el peligro. Uno de los mecanismos que tiene el cuerpo para entrar en “alerta” es acelerando la respiración para así subir la cantidad de oxígeno en el torrente sanguíneo (el ya conocido ‘mecanismo de huida’). Aunque este reflejo que tiene el cuerpo no es tan malo y gracias a él todas las especies animales que hay en el planeta existen, si realmente no estas “huyendo” puede causarte algunos desagradables malestares como lo son la hiperventilación (falta de aire), mareos, dolores punzantes (como si estuvieras sufriendo un infarto) y cefaleas.
Cuando sientas que estas sufriendo un ataque de ansiedad (crees que te falta el aire y empiezas a temblar), solo respira profundamente un par de veces y vacía los pensamientos que tengas en la cabeza. Luego de algunos minutos esa ansiedad desaparecerá totalmente de ti y como consecuencia de ello los temores que pudieras llegar a tener serán cada vez menores.
7- Mantente distraído: Cuando te enfocas en el miedo, se hace cada vez más agudo, llegando al punto de que te puede controlar totalmente. Una excelente forma para que se te olvide ese miedo con el pasar del tiempo es distrayéndote y no pensar tanto en “lo que pudiera pasar en el vuelo”.
Cosas tan simples como leer un libro, ver una película o escuchar música, harán que poco a poco se te vaya de la mente el temor. Además, este truco sirve muy bien para tomar el control de la situación cuando uno está estresado en cualquier aspecto de la vida diaria.
8- Evita el café o cualquier producto que contenga cafeína: Desde hace décadas hay una gran cantidad de estudios que describen los efectos de la cafeína en el comportamiento humano. Entre los efectos colaterales más comunes está el aumento de la ansiedad, tensión e hiperactividad.
No olvidemos que la cafeína es una droga estimulante que pone alerta al cerebro, en especial a aquellas personas que tienen cierto grado de sensibilidad a esta sustancia. Si tu temor a volar es alto, por favor evita tomar cualquier producto que contenga cafeína porque puede llegarlo a intensificar sin que te des cuenta.
9- Entiende que es prácticamente imposible que la turbulencia tire el avión: La turbulencia es una de las causas más frecuentes de miedo y malestar entre los pasajeros durante el vuelo. A pesar de que es muy incómoda la sensación de turbulencia, específicamente cuando es de larga duración, de verdad no tienes nada en que preocuparte ya que afortunadamente no se va a caer el avión.
Como comenta el ingeniero aeroespacial francés de Airbus, Sébastien Maréchal: “Por principios de la aerodinámica es imposible que la turbulencia derribe el avión, sin embargo puede llegar a ser peligrosa solo en 2 casos muy particulares; cuando el avión tiene daños estructurales graves o en las etapas del despegue-aterrizaje. Por fortuna la turbulencia es más severa cuando se vuela arriba de los 10 mil pies, así que no hay que tener miedo a ella.”
Como consejo para perderle un poco de miedo a la turbulencia; véala como si fueran los baches de una carretera: son incomodos pero no van a causar muchos problemas. Por cierto, el 95% de las lesiones causadas por la turbulencia son por llevar los cinturones desabrochados o por objetos sueltos que no fueron guardados debidamente.
10- Escoge un asiento cerca de las alas: Este consejo está muy relacionado con el anterior.
Es común que algunos pasajeros no les guste escoger asientos localizados en esta área porque el nivel de ruido de los motores es ligeramente más alto, pero como comentamos en el artículo sobre cómo elegir el mejor asiento en el avión, al seleccionar un asiento en el zona media del avión, las turbulencias se sentirán mucho menos que en el resto de la aeronave.
11- Conversa con el pasajero que está a tu lado: Entre los trucos más conocidos no hay duda que este es uno de los que se ven con más frecuencia. A algunas personas les ayuda a pasar la angustia y olvidar un poco los temores, así que no cuesta nada intentarlo. Si tu compañero de fila está abierto a platicar, quien sabe, puede que hayas ganado un amigo.
12- Haz ejercicios de estiramiento. Algunos ejemplos de este tipo de ejercicios son: cierra con toda tu fuerza las manos y luego de 15 segundos sueltas. Haz este ejercicio con las piernas, brazos y espalda; repítelo un par de veces. Estos simples ejercicios servirán para que las endorfinas fluyan por todo tu cuerpo y te relajes.
13- Enciende el aire acondicionado: Este truco también funciona bien para aquellos que sufren claustrofobia. Cuando sientes el aire pasando por tu cabeza, subconscientemente lo interpreta tu cerebro como si estuvieras en un espacio abierto en esos momentos.
14- Usa algún calmante: Véase la palabra ‘calmante’ como cualquier objeto, sustancia, alimento, etc. que te ayude a relajar, no necesariamente a un medicamento que vendan en la farmacia.
Si te relaja una taza de chocolate caliente, una cerveza fría (ojo, todo con moderación), alguna de esas pelotas hechas con espuma, una banda elástica o cualquier otra cosa, no dudes en usarlo. Es sorprendente ver como elementos como estos te pueden ayudar a calmar cualquier tensión.
15- Razona con el miedo: Este para mi gusto es el consejo más importante de todo el artículo.
El miedo no es más que una imagen que crea el inconsciente a consecuencia de la experiencia o creencias pre-programadas, es decir, es fruto de tu imaginación. Solamente ponte en los zapatos de una persona, cualquiera que veas, a tu alrededor que se note calmada y sin preocupación alguna y pregúntate “¿Por qué él o ella se ve tan bien mientras que yo estoy a punto de sufrir un ataque de pánico?”. Si hiciste el razonamiento adecuado, al final te darás cuenta que lo que sientes no es más que un estado mental sin muchos fundamentos.
Otro truco psicológico popular es escribir en una hoja de papel (con puño y letra) las razones por las cuales tienes miedo. Analiza unos minutos cada una y hazte preguntas del tipo: “¿Por qué?, ¿Cómo?, ¿Debería seguir sintiendo miedo?, etc.”. Al lado escribe las sensaciones que sentiste y si de verdad son temores justificados. Lleva esa hoja y léela cuando sientas angustia o terror para que no se te olvide que todas esas emociones son simples creaciones de la mente.
Si llegas a cambiar todas esas creencias negativas por positivas, el miedo se esfumará totalmente. Sin embargo es recomendable, por si acaso, seguir todos los consejos anteriores aunque el miedo ya no sea tan intenso.